TESLA, ALQUIMISTADE ATLÁN (capitulo 9)

3 comentarios

TESLA, ALQUIMISTA

DE ATLÁN

Extracto de libro Vuelve la Atlántida

Escrito por Patricia Cori.

CAPÍTULO

9

TESLA, ALQUIMISTA

DE ATLÁN

Aquellos de vosotros que conocéis la tecnología de la energía gratuita —

su progreso y supresión— sin duda habéis estado esperando que

mencionáramos a Nikola Tesla algo antes en el curso de estas

transmisiones. Es posible que otros aún no hayan oído hablar del

hombre cuyas contribuciones revolucionarias en el campo de la física

establecieron las bases sobre las que se fundamentan las tecnologías del

siglo XXI a las que hemos hecho alusión. Se le ha ignorado de manera

general en los libros de historia, se le ha excluido de los mitos

convencionales y de la información alterada que rodean a vuestros

avances científicos y tecnológicos. Y, sin embargo, el antiguo alquimista

de la Atlántida ha dejado su huella de modos que ahora se empiezan a

reconocer por el impacto causado en vuestro mundo.

En esta época de absoluto frenesí tecnológico e industrial, es natural que

los ecologistas de entre vosotros busquéis los métodos alternativos que

han ayudado a hacer de Nikola Tesla un héroe de culto. Evidentemente,

su intención original de ofrecer energía gratuita a los pueblos de Gaia

era una misión humanitaria con la más elevada intención, y vosotros

deseáis contar con héroes en un mundo de oscuros guerreros.

A medida que exhumáis de los libros de historia la lista de sus inventos,

no podéis sino sentiros asombrados ante los logros de un hombre que

fue pionero en buena parte de las aplicaciones que actualmente dais al

electromagnetismo, al tiempo que educaba a los científicos de su tiempo

y del futuro en el potencial que se halla disponible en los planos

planetarios y cósmicos. Si no hubiera sido saboteado por los gigantes

corporativos (agentes del Gobierno Secreto) que monopolizan las

fuentes de energía del planeta, es muy posible que pudierais haberos

ahorrado la crisis ecológica resultante de la explotación de los ricos

recursos de la Tierra. Además, si él mismo no hubiera sido manipulado

por esos mismos poderes, es posible que nunca habría caído en el lado

oscuro de su propia genialidad. Esto, una vez más, es el despliegue del

karma en una de las muchas realidades probables que el alma crea a

muchos niveles… dentro y más allá del mundo físico.

No obstante, en una época en que los residuos de los hidrocarburos y las

radiaciones que se escapan por múltiples puntos del planeta están

destruyendo la atmósfera, los mares y el suelo, el compromiso de Tesla

de ofrecer energía limpia y gratuita podría tomarse fácilmente como una

noble misión. Sed cautos, sin embargo, en vuestra evaluación de este

individuo, porque las presiones de esa encarnación, su conciencia insuficientemente

desarrollada y los patrones kármicos sabotearon su

intención original. Queremos sugerir que si ahondáis más en

los trabajos de Nikola Tesla, podréis reconocer que sus inventos fueron

mucho más destructivos de lo que creéis. Además, proponemos que los

efectos de sus experimentos están muy relacionados con el dilema que

ahora afrontáis en el planeta Tierra.

En el momento de su entrada en la forma física (mediados del siglo

XIX), vuestra ciencia y tecnología estaban aún en una etapa de

desarrollo infantil. Sin embargo, estabais progresando rápidamente; la

ciencia y el espíritu se esforzaban por mantener un equilibrio y el

péndulo se balanceaba marcando el ritmo de la evolución humana. Tesla

iba a catapultaros hacia otros marcos de conciencia, alterando ese

equilibrio, porque su impronta provenía del «futuro» y del «pasado»…

desde el no-tiempo de toda experiencia.

No se trataba de un hombre común. Nikola Tesla viajó desde una galaxia

situada mucho más allá de vuestra actual comprensión de la «distancia»

y el «tiempo», para tomar forma humana por primera vez en la Ultima

Generación de la Atlántida. Os estamos diciendo que este hombre, Tesla,

caminó entre los nativos de la Atlántida durante la Ultima Generación,

pero que la suya era una presencia extranjera. Y también afirmamos que en

gran medida su asimilación en esa cultura estuvo coordinada por los

Annunaki con fines no muy diferentes de los descritos en el capítulo

anterior. El nunca sufrió el tedio de la encarnación. Simplemente entró

en el cuerpo de un sacerdote de la Hermandad Oscura, que le cedió

alegremente su ser físico ansioso de liberarse de sus descarriadas

lealtades y de la persuasión oscura.

La élite gobernante Annunaki asignó a Tesla, Akkaeneset-Guardián de la

Energía, la posición de alquimista jefe de Atlán. Allí, el viajero del tiempo

encontró un pueblo sofisticado, cuya tecnología de los cristales había

alcanzado un notable desarrollo.

Observó el dominio mental de los atlantes sobre la materia, así como su

capacidad de enfocar y dirigir las ondas cerebrales a fin de generar la

energía que necesitaban para iluminar sus ciudades y hacer funcionar

buena parte de su tecnología. Aunque según sus criterios eran

rudimentarios, los generadores de luz operados por el pensamiento eran

estructuras de una sociedad visionaria, que él estaba seguro que

aceptaría aplicaciones mucho más sofisticadas de sus propios inventos.

Al hacerlo, siguió guiando al sacerdocio oscuro por el camino del dominio

sobre la población, alimentando en los Annunaki el deseo de controlar y

subyugar la totalidad de la raza humana.

Antes de que el sacerdocio oscuro comenzara su campaña de

manipulación mental contra la gente, la red de generadores activados

mentalmente era pura luz; se trataba del modelo quintaesencial de

interrelación entre la inteligencia humana y las fuerzas elementales del

planeta, unidas por el propósito superior del desarrollo humano. Para

comprender plenamente su significado, es importante que seáis capaces

de entender cómo la gente energizaba las redes de cristales, enfocando

su intención para transmutar la conciencia almacenada en energía física.

Aunque para muchos sigue pareciendo «magia», la manifestación del

pensamiento como expresión física es tan habitual en vuestra realidad

que la mayoría de las veces simplemente la pasáis por alto. Y también

hay una cuestión de enfoque, porque la mayor parte de la moderna

cultura humana está distraída, y vuestras energías suelen estar

fragmentadas. Sin embargo, seguramente habéis conocido ese momento

maravilloso en el que estáis tan centrados en un resultado que nada

nubla vuestra visión, y entonces descubrís casi instantáneamente que

vuestro objetivo se manifiesta ante vuestros ojos. Es más fácil reconocer

vuestra capacidad en acciones simples, cuando vuestra necesidad o

deseo es tan grande que sólo podéis enfocaros en un resultado

específico, como encontrar una plaza de aparcamiento cuando tenéis

que aparcar o la cancelación en el último minuto de un evento al que

teníais que asistir obligatoriamente. Imaginad todo un pueblo

disciplinado en el uso enfocado de sus mentes, y conscientes del poder

de sus pensamientos unidos para conseguir un objetivo común.

La Ultima Generación de atlantes encontraba la fuerza de su civilización

en su capacidad de manifestar un deseo supremo: servir a la Totalidad

con las energías ilimitadas de la Madre Tierra y la mente colectiva. Los

centros cardíacos de la población estaban abiertos de par en par durante

los rituales matinales y su devoción al bienestar de toda la comunidad

era incondicional. Sin duda, ahora que empezáis a salir de la realidad

material, estáis desarrollando una conciencia mucho más profunda del

poder del pensamiento sobre la materia. Indudablemente se os está

haciendo cada vez más fácil visualizar la impresionante fuerza creadora

de la Mente Una y el potencial de vuestra unificación.

Os aseguramos que la capacidad atlante de energizar los generadores de

cristal mediante su intención enfocada era tan natural para ellos como

«pulsar el interruptor» es ahora para vosotros. Cada hogar y entorno

laboral albergaba un cristal central que era objeto de culto; todos los

templos tenían en su centro una gran esfera de cuarzo; todos los lugares

de reunión y las zonas de descanso disponían de áreas de meditación

con cristales. Ciudades enteras dependían de estos pensamientos y

concentración constantes, que las abastecían de energía gratuita. Era un

prototipo de civilización cooperativa, respetuosa con las fuerzas

naturales y devota de las deidades celestiales, tanto las de la familia de

Ra (vuestro sistema solar) como muchas otras situadas más allá.

Podéis imaginar por qué el lado oscuro encontró un campo fértil en el

que sembrar y cosechar el miedo y las energías negativas, que

finalmente dominarían las antiguas tierras doradas de la humanidad

ancestral. El pueblo atlante era inocente, y sin embargo capaz de

enfocarse con gran voluntad, y sabía encauzar las energías de la Tierra a

muchos niveles. Era el forraje ideal para la bestia depredadora…,

alimento para los hambrientos de Nebiru.

Volviendo a los generadores de luz activados mentalmente, os pedimos

que contempléis el poder de la conciencia colectiva, enfocada, como

entonces estaba, en el propósito específico de servir a la Totalidad.

Considerad la inmensidad de esa frecuencia mental electromagnética

unida con las fuerzas primordiales de Gaia. ¿Podéis entender cómo este

gran esfuerzo humano era canalizado hacia los cristales, proyectando

cargas eléctricas a través de las espirales de bronce de los generadores

para iluminar y energizar los canales energéticos elevados sobre el

suelo?

¿No estáis reviviendo una variante de esta situación? Considerad vuestra

adoración a los «todopoderosos» ordenadores, que literalmente dirigen

vuestro mundo. Ellos también se fundamentan en el uso de silicatos y,

aunque sois menos conscientes de estar directamente involucrados con

ellos, los alimentáis y energizáis mediante la conciencia colectiva.

Digamos que los atlantes lo hacían conscientemente, mientras que el

vuestro es un proceso que opera al nivel subconsciente de la mente

grupal: el nivel en el que los arquitectos del control están dejando su

huella. Dando vuestro poder a los ordenadores, se lo estáis dando a los

diseñadores de la conciencia colectiva. También estáis poniendo en sus

manos vuestra inteligencia; vuestros cuerpos —incluso vuestras almas—

llevan la impronta.

Además, estáis cediendo vuestro hogar planetario a los maestros

mecánicos, y habéis empezado a ver los resultados de ese abandono por

todas partes. El «síndrome del vídeo», característico de la humanidad

del siglo XXI, os está debilitando completamente y, como en la Atlántida,

los oscuros se han infiltrado en vuestro colectivo y os están arrastrando

a vosotros y a los niños por este medio.

La tecnología contemporánea, como las redes de generadores de luz

activados mentalmente, es una muy eficaz herramienta de control. Sin

embargo, existe una diferencia sorprendente. Mientras que los

ordenadores y las televisiones proponen realidades artificiales que crean

en la conciencia de la masa un tipo de condicionamiento mucho más

peligroso que el de la Atlántida, los generadores de luz eran vehículos de

la mente colectiva. Es decir, antes de que comenzara la interferencia, los

generadores servían al propósito más elevado: el bien común. Esto

nunca ha ocurrido en el caso de la tecnología moderna, que casi siempre

ha sido el vehículo del poder y se ha utilizado contra vosotros. Es

importante que establezcáis esta distinción, porque la mayoría de

vosotros adoráis la tecnología y no podéis aceptar sus consecuencias

destructivas, ni habéis entendido cómo os está deshumanizando.

Están a punto de someter vuestro mundo al gobierno robótico…; ésa es

la segunda fase. Imaginad un mundo dirigido por la inteligencia artificial,

tal como ha empezado a manifestarse, y os daréis cuenta de que tales

inventos serían vuestra perdición. La grandeza del ser humano se

perdería para siempre, porque todo lo que es bello y justo de vosotros

sería usurpado por los dioses mecánicos que vosotros mismos habéis

construido.

Nosotros, que os consideramos grandes fuentes de amor e intensa

emoción —los soñadores del universo—, no podemos imaginar cómo

estáis tan dispuestos a entregar vuestras mejores cualidades humanas,

y sin embargo entendemos que os están manipulando para hacer

exactamente eso. Se trata de un reflejo de lo que, según se os dice, es

el progreso «natural» de vuestra especie, por más antinatural que pueda

ser en realidad. Recordad que el objetivo inevitable de la ciencia es

superar todos los logros anteriores; la naturaleza de la inteligencia es

construir sobre lo adquirido. En la experiencia habitual esto se traduce

como la sensación de «si podemos hacer esto, sin duda podremos hacer

aquello otro». El aprendizaje es un proceso progresivo de adquisición

que todos los seres inteligentes acaban experimentando, y esto es así

aún más en las estructuras sociales, donde se interactúa y construye

sobre lo anterior. Que dicho proceso se dirija hacia el lado luminoso o

hacia el lado oscuro depende de los niveles de conciencia que se estén

expresando en el entorno cuando uno está encarnado, el tiempo que el

alma pasa en la «escuela». No olvidemos que existen influencias

procedentes de más allá de la realidad física, porque la conciencia que la

interpenetra presenta una miríada de aspectos (intervención directa e

indirecta), que pueden afectar a los resultados posibles.

Mientras que el sacerdocio oscuro estaba predominantemente interesado

en controlar la sociedad, Akkaeneset se sintió fascinado por las grandes

posibilidades del conocimiento atlante. Al ser un antiguo maestro de las

leyes físicas del universo material, experimentó con emisiones de baja

frecuencia dirigidas hacia las espirales y cristales del sistema energético

subterráneo. Tenía la intención de estudiar y registrar el efecto que

distintas frecuencias tendrían sobre la población. Estaba determinado a

identificar el rango de emisiones que estimularían más eficazmente a la

población hacia niveles superiores de generación y amplificación de las

reacciones geofísicas de la

Tierra… allí, en las cámaras subterráneas que se extendían bajo las

ciudades.

Con estas emisiones alteradoras a frecuencias preestablecidas podía

producir depresión y desesperación en la gente, y esto llegó a ser un

fenómeno muy extendido. En tales ocasiones, los generadores de luz ya

no producían la suficiente para iluminar las ciudades. Otras frecuencias

electromagnéticas podían provocar furia y pasión sexual, respuestas que

hacían que grandes cantidades de energía ascendieran por las espirales

y sobrecargaran los circuitos atlantes. El alquimista se entretenía con

estos experimentos, pues nunca se había encontrado con nada parecido

al cuerpo emocional humano, y se maravillaba al ver que su

manipulación deliberada podía afectar al flujo energético del ser

planetario mayor.

A medida que el trabajo de Akkaeneset progresaba, el sacerdocio oscuro

conseguía un mayor control social, intensificando el condicionamiento de

los atlantes durante los rituales de oración y devoción. Creemos que no

hay mayor abuso de poder que el sabotaje alevoso y deliberado de la

experiencia espiritual de cualquier individuo soberano; no puede haber

intención más oscura. En esos momentos, cuando abrís vuestro centro

coronario para bañaros en la luz del Creador Primordial, sois como

pájaros volando: alzándoos por encima de la limitación, conociendo

vuestra condición divina. Alterar esa conexión personal con la divinidad

sólo puede entenderse como una intervención total y deliberada en el

despertar espiritual de un ser soberano… y eso va en contra de todos

los principios de la Creación.

Gracias a los avances conseguidos en los laboratorios subterráneos de

Akkaeneset, los encapuchados rompieron el código electromagnético de

la emocionalidad humana, una serie de frecuencias que podrían evocar

las reacciones emocionales deseadas, controlar e incluso destruir la

mente humana. Desarrollaron la metodología que encadenaba

subliminalmente a la gente a los chakras inferiores y a las emociones de

miedo, furia y sexualidad, con el propósito expreso de potenciar los

campos energéticos que manejaban con su tecnología y así incrementar

su poder. Entre tanto, Akkaeneset se sentía cada vez más fascinado por

la interacción de la Tierra con la emoción y la mente humanas, llegando

casi a obsesionarse en su deseo de empujar la emoción humana y las

fuerzas de Gaia hasta un punto de ruptura.

Recordad que ya entonces los Annunaki de la Tierra estaban diseñando

el vínculo planetario con Nebiru. Creían que Akkaeneset sería capaz de

producir inventos que finalmente les mostrarían el modo de establecer

resonancia con la Tierra, y atraer a Nebiru al sistema de Ra para

siempre. Se le concedió un poder total para llevar a cabo ese objetivo, y

disfrutó de una libertad y riqueza absolutos. Por supuesto, era

totalmente libre de manipular a la gente de la Atlántida y de usar su

tecnología y su espíritu para conseguir el objetivo último de atraer a

Nebiru a una órbita permanente a vuestro lado.

Así, la experimentación con las fuerzas geofísicas de la Tierra tuvo lugar

mucho antes de vuestros tiempos modernos. .. mucho antes de que el

poder empezara a reunir sus antenas destructoras en los campos de

Alaska. Akkaeneset puso la Tierra del revés, y con sus «tira y afloja»

creó una tecnología que sobrepasaba en gran medida las que conocéis o

imagináis actualmente. Realizó importantes experimentos con la gravedad,

la invisibilidad y la electricidad; él y su equipo dieron al Sacerdocio

aparatos voladores que podían cubrir grandes distancias; había

máquinas solares, máquinas del tiempo y rayos láser mucho más

sofisticados que los vuestros. Sin embargo, el

aspecto más significativo de su paso entre vuestros ancestros fue otro.

Al ser un viajero del tiempo, el alquimista llevó al marco tridimensional

conocimientos tan adelantados al tiempo terráqueo que rasgó un

agujero en el tiempo lineal de esa realidad. En cierto sentido, sacó a la

humanidad del tiempo lineal y mostró a vuestra raza vislumbres de la

realidad tetradimensional. Paradójicamente, al tiempo que daba al

Sacerdocio los medios de condicionar la mente de vuestros antepasados,

también dio a la humanidad una visión de lo que está más allá de las

limitaciones de la tercera dimensión. Esta fue la naturaleza dual de su

estancia entre vosotros; fue su mayor contribución al progreso de la

humanidad.

Como estamos hablando repetidamente del no-tiempo, tened en cuenta

que si en la actualidad estáis yendo hacia tecnologías que ya existían

hace trece mil años en los laboratorios subterráneos y plantas

energéticas de Atlán, estáis avanzando y retrocediendo en el tiempo

simultáneamente. Es posible que este concepto os resulte extraño, pero

os será mucho más comprensible en el futuro próximo. Ahora estáis

demoliendo muchas barreras; el tiempo se está curvando y se empiezan

a producir rasgaduras en la realidad tridimensional con cierta constancia

a medida que emprendéis el proceso de ascensión.

La reaparición de Akkaeneset en la realidad física fue con toda claridad

un intento de su alma de resolver la encarnación de intención oscura

vivida en la Atlántida, porque tenía una inmensa deuda kármica. Como

el alquimista era jefe de Atlán, no sólo participó directamente en los

experimentos que produjeron la destrucción de esa realidad, sino que

fue el cerebro responsable del Error Atlante —su creador—, y esto es

algo que podía recordar. Sus experimentos con las fuerzas geofísicas de

la Tierra y la alteración de los campos emocionales de la humanidad

simplemente hicieron saltar un fusible en las redes neuronales de Gaia.

El hundimiento de la Atlántida y la devastación global subsiguiente

fueron simplemente eso: el planeta Tierra había sido cortocircuitado, por

lo que cerró su sistema nervioso central y lo dejó descansar. En esencia,

Gaia recuperó su poder.

Después de la devastación de aquel ciclo de vida, el alma de Akkaeneset

eligió no retornar a la forma hasta la época en que dispondría de una

oportunidad para equilibrar los platillos de la balanza, y su deuda

kármica pudiera ser liberada de la carga del error. Esa «época» fue 1856

—un punto crucial para la humanidad—, el principio de la Era Industrial.

Nikola Tesla pasó por el útero de su madre, atravesó el portal y nació,

trayendo a la encarnación su conocimiento innato del operar del cosmos

y un recuerdo no tan remoto de sus fechorías en la Atlántida.

De joven dedicó casi todas sus energías al estudio de la relación y la

interacción entre la electricidad y el magnetismo, y cómo controlar estas

fuerzas con el poder de la mente. No podía ser de otra manera.

Dedicándose a enseñar a la humanidad el inmenso poder de estas

fuerzas complementarias, volvió a la forma para enseñaros una antigua

lección: cómo utilizar las fuerzas de Gaia para servir a la luz en lugar de

incrementar la oscuridad. Este era su propósito kármico.

Como ya sabéis, la resolución del karma a menudo implica afrontar las

mismas tentaciones y pruebas de vidas anteriores, aunque éstas suelen

ser mucho mayores y más difíciles de superar. En el caso de

Akkaeneset, las buenas intenciones de su alma finalmente se perdieron

ante las presiones de la vida terrenal y la carga insoportable de ser un

genio sobrehumano.

Confirmamos que los primeros años de Nikola Tesla estuvieron

dedicados a dar a la humanidad una tecnología que

pudiera controlar las fuerzas naturales para el bien de la humanidad. ..,

acabando con el hambre y con todo el sufrimiento del mundo. Su

intención inicial era llevar la luz de la sabiduría universal al mundo físico

de la humanidad, y dotar a la raza de lo que, según creía, se usaría para

el bien de todas las sociedades del planeta. Su noble idea era utilizar las

fuerzas naturales de Gaia para ofrecer energía gratuita a los seres que la

habitaban.

Por desgracia, esto no entraba en los planes de la élite de poder, cuya

estrategia comercial para el planeta Tierra siempre ha estado formulada

sobre fundamentos mucho menos altruistas. Muchos miles de años antes

de que se empezara a escribir vuestra historia, los Annunaki impusieron

un plan a la humanidad que consistía en expoliar el planeta para

conseguir beneficios y forzar a la raza a consumir esos recursos robados.

Aunque sus intenciones iniciales eran elevadas, el hombre, Nikola Tesla,

por desgracia aún tenía problemas de ego sin resolver que el poder

manipuló fácilmente, porque ésa es su carne y su alimento: el ego no

resuelto. Tesla sabía que controlar esas fuerzas fisiológicas planetarias

cambiaría la realidad global de la Tierra para siempre. Su visión

extradimensional del potencial geofísico de Gaia como fuente de energía

gratuita para todos los seres humanos fue rechazada por los propietarios

corporativos de los recursos terráqueos, puesto que ya os estaban

vendiendo la energía. Montaron una campaña agresiva contra él hasta

que el ridículo y el descrédito de sus ideas eran tan insuperables que su

intención de ofrecer energía gratuita a toda la humanidad se convirtió en

un chiste para el mundo científico.

Desencantado, Tesla empezó a orientar su genialidad hacia el lado

oscuro. Los centinelas de la élite de poder, los líderes militares, pronto le

llamaron con la intención de monopolizar su trabajo mediante grandes

becas y ayudas económicas, a la vez que le daban acceso a todo tipo de

equipos que sólo ellos le podían ofrecer. Esto, evidentemente, era parte

del plan destinado a apartarle de la atención pública, donde podría conseguir

suficiente notoriedad para alterar los planes del Gobierno Secreto.

Se le instaló en laboratorios controlados, donde era libre de diseñar y

desarrollar sus innovadoras máquinas para generar energía para el

ejército de los Estados Unidos y las empresas privadas «colaboradoras».

Así es como sus energías fueron redirigidas y su intención original

saboteada, porque el poder nunca tuvo intención de dar a la humanidad

recursos tan liberadores. Nikola Tesla sucumbió a su necesidad de

reconocimiento, orientando su saber hacia las fuerzas oscuras de los

militares. Sus primeras visiones de energía gratuita para toda la

humanidad y de liberación del tiempo lineal fueron reemplazadas por el

diseño de aparatos de control atlantes, recuerdos que él llevó consigo

para volver a afrontar sus elecciones kármicas.

Durante este periodo informó de que había perfeccionado un «Rayo

Mortal» de tal intensidad que podía derribar a miles de aviones del cielo,

y también hacer que batallones enteros de soldados enemigos cayeran

muertos en el sitio. Estaba hablando, evidentemente, de la misma

tecnología que hizo que el continente se hundiera en el océano, que

había conmocionado la Tierra hasta su núcleo y desestabilizado el campo

áurico en las capas externas de la atmósfera.

Tesla activó su aparato del «Rayo Mortal» hacia el cambio de siglo.

Produjo una explosión tan vasta y destructiva en las remotas tierras

siberianas que ni siquiera una bomba atómica habría tenido mayor

impacto. Este suceso histórico se ha explicado como la caída de un

meteorito o cometa que impactó con la Tierra, pero la devastación que

asoló los campos de Tun-guska se debió al loco invento del alquimista.

El alma de quien había encarnado como Nikola Tesla había vuelto a

elegir el poder sobre el amor; prefirió el ego individual al Corazón Uno…

y esa elección cambió el destino de la Tierra para siempre. Como en la

Atlántida, el hecho de haber dado a conocer ese poder alteraría la

existencia de todos los seres del planeta… y, evidentemente, del planeta

mismo.

Para apoyar nuestro análisis del HAARP y su verdadero propósito, os

recordamos que en años posteriores se comentó que el joven Tesla

había predicho que «algún día la energía será transmitida a otro

planeta». De lo que no se habló en esa declaración fue de su recuerdo

subconsciente del plan Annunaki para mejorar su «activador de

resonancias» y usarlo para atraer a Nebiru, tal como los nuevos

arquitectos del «Rayo Mortal» atlante —los técnicos del HAARP— están

intentando hacer desde los campos de Alaska.

¿Suponéis que camina una vez más allí, en los terrenos nevados del Armageddon?

 

Ver otros capítulos de libro:

https://mitrasholistica.wordpress.com/2012/03/21/vuelve-la-atlantida-cap-8/

https://mitrasholistica.wordpress.com/2012/03/21/tesla-alquimistade-atlan-capitulo-9/

https://mitrasholistica.wordpress.com/2012/03/21/las-fuerzas-delaluz-capitulo-12/

Plural: 3 comentarios en “TESLA, ALQUIMISTADE ATLÁN (capitulo 9)”

Deja un comentario